Superar las oposiciones a la Guardia Civil no es solo estudiar temarios o entrenar físicamente. También hay que pasar por un reconocimiento médico para determinar si estás verdaderamente preparado, tanto física como mentalmente, para asumir las responsabilidades del cuerpo. ¿Quieres saber en qué consiste este reconocimiento médico? Si es así, sigue leyendo porque te lo explicamos todo en detalle.
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¿Qué es el reconocimiento médico en la Guardia Civil?
El reconocimiento médico en la Guardia Civil es un examen exhaustivo que se le realiza a los aspirantes a ingresar en el cuerpo, así como al personal en activo, para verificar su aptitud psicofísica y asegurar que cumplen con las exigencias del servicio. Su objetivo es comprobar que no presentan ninguna de las causas de exclusión médica detalladas en la normativa vigente, pero sobre esto te explicamos un poco más en la siguiente sección.
Objetivo de esta prueba
La finalidad de este reconocimiento, como ya hemos dicho es muy clara, comprobar que cuentas con las condiciones físicas y de salud necesarias para ejercer como guardia civil sin limitaciones. O dicho de otro modo, se busca asegurar que estás “apto para el servicio” en cuerpo y mente. ¿Tienes una lesión que limita tus movimientos? ¿Padeces alguna enfermedad respiratoria crónica? ¿Tu índice de masa corporal está muy por encima o por debajo de lo normal? Todo eso se evaluará para garantizar tu seguridad y la del equipo que te rodeará.
¿Cuándo se realiza en el proceso de oposición?
El reconocimiento médico se lleva a cabo una vez que has superado las pruebas de conocimientos, la aptitud psicotécnica y la entrevista personal. Vamos, que ya casi estás en la recta final.
En ese punto, muchos aspirantes ya se ven dentro, pero es importante no confiarse. Este examen es eliminatorio, si no lo pasas, todo el esfuerzo anterior puede quedarse en el camino.
¿Qué pruebas incluye?

Para explicarte qué pruebas incluye este test lo dividiremos en diferentes categorías:
Examen general del estado físico
Lo primero es lo básico, altura, peso, presión arterial, frecuencia cardíaca, respiración. En este primer chequeo se determina tu índice de masa corporal (IMC), que debe estar entre 17 y 30 (aunque hay excepciones si tienes una complexión muscular que lo justifique). También se descartan malformaciones, limitaciones funcionales o cualquier indicio visible que pueda interferir con el trabajo operativo. Este primer filtro sirve como “imagen general” de tu estado físico.
Exploración visual y auditiva
Después llega la revisión de la vista y el oído. Se valora si tienes una agudeza visual adecuada (con o sin corrección) y si tus oídos responden correctamente a diferentes estímulos. ¿Usas gafas o lentillas? No es excluyente, pero hay unos límites específicos que no se pueden superar. ¿Has tenido otitis crónicas o problemas de audición? También es algo a tener en cuenta.
Análisis clínicos
Sí, también hay que dar una muestra de sangre y orina. A través de estos análisis se detectan posibles alteraciones metabólicas, consumo de sustancias prohibidas o enfermedades que no son visibles a simple vista. Además, se evalúa el funcionamiento de órganos como el hígado, los riñones o la tiroides. Todo cuenta, porque lo que se busca es un estado de salud integral y estable.
Otras pruebas
Además de las pruebas mencionadas es habitual que se realicen otros tests como una espirometría (para medir tu capacidad pulmonar), un electrocardiograma si hay sospechas de alteraciones cardíacas, y una exploración neurológica y psiquiátrica básica.
Por ejemplo, si tienes antecedentes de trastornos del sueño, epilepsia o alguna condición mental, es probable que se te examine con mayor detenimiento. No se trata de discriminar, sino de valorar si esas condiciones pueden poner en riesgo tu desempeño y/o seguridad.
Exclusiones médicas Guardia Civil 2025
La lista de pruebas que se realiza no es aleatoria, sino que está pensada para poder detectar una lista específica de patologías incompatibles con el servicio. Existe un cuadro médico oficial de exclusiones, publicado por el Ministerio del Interior, que detalla de forma específica qué condiciones de salud son incompatibles con el servicio. Dicho listado se actualiza periódicamente y está agrupado en diferentes bloques según el sistema del cuerpo humano afectado. ¿Qué incluye exactamente? Aquí van algunos ejemplos comunes para que te hagas una idea más clara:
- Vista: Si tienes miopía mayor de 6 dioptrías por ojo, alteraciones graves en la retina, en el nervio óptico o padeces daltonismo, es muy probable que seas declarado no apto. Incluso si usas gafas o lentillas.
- Sistema locomotor: Se valoran patologías como escoliosis severa, prótesis articulares, secuelas de fracturas mal consolidadas o cualquier alteración que pueda limitar los movimientos.
- Sistema nervioso y salud mental: Aquí entran condiciones como la epilepsia, antecedentes recientes de trastornos depresivos o de ansiedad, el uso actual de psicofármacos o diagnósticos psiquiátricos que impliquen riesgo funcional. Aunque no se evalúa solo el diagnóstico en sí, sino cómo puede afectar al desempeño bajo presión.
- Aparato respiratorio y cardiovascular: Se detectan a través de pruebas como espirometrías y electrocardiogramas. Enfermedades como el asma moderada o grave, hipertensión no controlada, arritmias o cualquier alteración pulmonar o cardíaca significativa pueden ser causa de exclusión.
- Piel, digestivo, endocrino: Aunque menos comentados, también hay criterios aquí. Por ejemplo, diabetes mellitus tipo 1, enfermedades inflamatorias intestinales activas o trastornos tiroideos sin tratamiento efectivo.
¿Qué pasa si me excluyen en el reconocimiento médico?
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Te han llamado al reconocimiento, pasas por todas las pruebas y llega el momento temido: el médico te dice que no eres apto. ¿Y ahora qué? Primero, respira. Ser declarado “no apto” no significa que tu carrera haya terminado. Pero sí implica que, al menos por esta convocatoria, quedas fuera del proceso. Ahora bien, no todo está perdido. Tienes derecho a que te entreguen un informe detallado con los motivos de exclusión. Este documento es importante por dos razones: te ayuda a entender qué pasó, y te permite tomar medidas si consideras que la decisión fue injusta.
En casos puntuales, es posible presentar alegaciones o solicitar revisión médica si consideras que hubo un error de valoración o si puedes aportar informes médicos adicionales. Eso sí, debes actuar rápido, ya que los plazos son breves y el proceso es muy estricto.
Por otro lado, si la causa de exclusión es corregible (por ejemplo, un problema de visión que puedes operar o un peso fuera de rango que puedes ajustar), nada impide que te prepares mejor y vuelvas a intentarlo el año siguiente.
Consejos para superar el reconocimiento médico con éxito
Si bien cuando se trata del reconocimiento médico hay cierto límite de lo que realmente puedes hacer para prepararte, nunca están demás los consejos. Por eso, aquí nosotros te dejamos algunos:
- Hazte un chequeo previo por tu cuenta: Un reconocimiento con tu médico de cabecera o un centro especializado te puede dar pistas sobre posibles problemas que corregir antes del gran día.
- Cuida tu IMC: No te obsesiones con tu peso, pero sí asegúrate de que estás dentro del rango permitido. Una dieta equilibrada y algo de ejercicio pueden ayudarte más de lo que imaginas.
- Descansa bien la noche anterior: No es un mito eso de que dormir bien mejora tu frecuencia cardíaca, presión arterial y estado general. Además, estarás más centrado y tranquilo.
- Evita fármacos, alcohol y sustancias sospechosas: Aunque tengas una justificación médica, algunos principios activos pueden aparecer en los análisis. Si estás en tratamiento, lleva informes médicos actualizados.
- Lleva todos tus documentos: DNI, citación oficial, historial médico (si lo necesitas)… Parece obvio, pero en los nervios es fácil olvidar algo importante.
- No ocultes información: Si tienes antecedentes médicos, es mejor explicarlos con claridad que esconderlos.
Preguntas frecuentes
¿Puedo presentarme si uso gafas?
Sí, puedes. Siempre que tu agudeza visual (con o sin corrección) cumpla con los requisitos establecidos, no hay ningún problema en usar gafas o lentillas. Lo que sí debes tener en cuenta es el límite de dioptrías, especialmente en casos de miopía, hipermetropía o astigmatismo.
¿Qué pasa si tengo tatuajes?
Depende del tipo de tatuaje. Lo que se valora no es tener tinta en la piel, si no dónde está y qué representa. Los tatuajes ofensivos, que hagan alusión a ideologías extremistas, discriminación o violencia están totalmente prohibidos.
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¿Cómo afecta haber tenido ansiedad o depresión?
Tener antecedentes de ansiedad o depresión no es automáticamente excluyente, pero puede serlo si no lo tienes tratado/controlado.
¿Puedo llevar informes médicos al reconocimiento?
Sí, y es muy recomendable si tienes alguna condición pasada o presente que pueda levantar sospechas. Un informe médico detallado puede ayudarte a justificar:
- Una lesión ya curada.
- Un tratamiento finalizado.
- Una condición controlada (como hipotiroidismo, asma leve, etc.).
¿Qué pasa si estoy lesionado temporalmente?
Si llegas al reconocimiento con una lesión que limita tu movilidad o tu estado general, como una rotura, esguince o infección grave, lo más probable es que seas considerado no apto en ese momento. Lamentablemente, no se suele posponer la cita ni se hace un reconocimiento “diferido”. Pero la buena noticia es que, si la lesión es puntual y te recuperas, puedes volver a intentarlo en la siguiente convocatoria sin problemas.
Conclusión
En conclusión, el reconocimiento médico de la Guardia Civil puede parecer un obstáculo complejo, pero con la información adecuada y una buena preparación, es una etapa totalmente superable. Conocer las pruebas, las exclusiones y tus derechos como aspirante te dará confianza para afrontar esta fase con seguridad. Recuerda que más allá de ser un filtro, esta evaluación busca garantizar que puedas ejercer tu labor sin riesgos.